Tras ocho años de larga espera por verte en la calle. Este año vuelves a salir porque había un barrio que te esperaba paciente y deseoso, incluso hay quien espera conocerte, verte por primera vez en el barrio.
Siempre has tenido tu sitio en tu Parroquia; tu altar, tus rayos de sol. Siempre has tenido tu sitio en tu Hermandad; tus cultos, tus besapiés, tus flores, tus hachones. Siempre has tenido tu sitio en nuestros corazones; nuestro amor, nuestras oraciones, nuestros rezos y nuestras meditaciones.
Este año vuelves a tener tu sitio en tu barrio; tus luces y tus sombras, tus calles y tus plazas, tu aroma y tu silencio, un camino de amor por donde pasas.
Tras ocho años de larga espera, este año nuestro barrio se hace Via Crucis, Camino Doloroso de Jesús, Camino de amor de Cristo. Cada estación es el rezo y la meditación que inspira la serenidad de tu mirada en nuestra cruz que es la tuya, en la contemplación de tanto amor como ofreciste en el camino del dolor. Cada estación cercana al cristiano para aprender y recordar a llevar nuestra pequeña cruz cada día, admirados por la serenidad de tu rostro, buscando en tu mirada el apoyo y el cariño de una madre, sacando fuerzas de flaqueza para ayudar al prójimo, encontrando motivos para levantarse siempre, dejar a un lado las envidias y los egoísmos para pensar antes en los demás que en nosotros. Cada Estación se hace actual en el rostro de Jesús Humillado, cada reflexión cercana a sus devotos, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario se hacen catorce paradas en el rostro de Dios Humillado. Se establece un diálogo íntimo con Jesús ante tanto dolor entregado por amor, un coloquio de penas y alegrías, de aflicción y gozo, de dolor y regocijo, de arrepentimiento y agradecimiento, de pérdidas y reencuentros…Conversaciones con Dios.
Macarena Romero Gómez