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    Tal y como proponen nuestras Reglas y en fiel cumplimiento de ellas “Esta Hermandad tiene como fin fundamental proporcionar a sus hermanos los medios adecuados para realizar una efectiva unión espiritual con Cristo…” (Regla nº3) se propone un plan de formación que ayude a “promover una vida cristiana más perfecta”, según nos indica el Canon 685 del Código de Derecho Canónico.

     Para ello, la Regla nº12 nos obliga a participar en un Programa de Formación. Deben participar en dicho plan todos los hermanos y hermanas mayores de catorce años y todos aquellos que quieran pasar a formar parte de dicha Hermandad.

     Por último, de acuerdo con la Regla nº21 de nuestra Hermandad, “debemos tomar conciencia de que somos miembros activos del pueblo de Dios” y como tales asistir al Programa anual de Formación que se lleve a cabo siguiendo el plan Diocesano.

    Este año, desde El Vaticano se ha bautizado como el “Año de la Fe”. Pero ¿Qué es la Fe? Es la primera de las tres virtudes teologales, que son las que conducen a Dios=Theos. Ya el pertenecer a nuestra Hermandad es un acto de fe. La fe es la respuesta del hombre a Dios, que se entrega y se revela a Él. La Iglesia enseña que el Dios único y verdadero puede ser conocido con certeza por sus obras, por su creación. La fe no se opone a la razón humana, aunque el modo humano de conocer y pensar sea limitado, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios.

    Para desarrollar todos estos aspectos que se nos proponen vamos a seguir el Compendio del Catecismo  de la Iglesia Católica, ya que contiene de forma concisa  todos los elementos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia.

     Se tratarán las cuatro partes de las que consta el Compendio: la profesión de la fe, la celebración del Misterio Eucarístico, la vida en Cristo y la oración cristiana.

      Estas catequesis se desarrollarán el primer sábado de mes a las cinco de la tarde, junto con un momento de convivencia fraternal.

      Se pretende, además, tener un plan de formación para los hermanos y hermanas menores de catorce años adaptado a sus necesidades con el que se les anuncie el amor de Cristo a su Iglesia y de la Santísima Virgen como madre de todos los creyentes.

     Según el Concilio Vaticano II, “Alabar a Dios significa, juntamente con toda la Creación, aceptar la propia existencia con agradecimiento.”  Por lo tanto, desde la Junta de Gobierno de esta Hermandad, a través de la Diputada de Formación se ruega encarecidamente la asistencia a las catequesis de formación que se vayan desarrollando.

    Por lo tanto, en estos difíciles momentos que nos ha tocado vivir, mantengámonos dentro de la Iglesia cumpliendo nuestros compromisos cristianos a fin de poder ser luz del mundo.

 

                                                                                                                                                                                                                                                Alicia López Cabello